
”Álbum de Valparaíso”, de Elvira Hernández
Por AOM
Este libro del año 2002 contiene una poderosa y fresca poesía, escrita en un estilo libre que sorprende por su naturalidad y por ofrecer una particular visión del oficio poético, abriendo cauces a nuevas formas y tonos en la escritura.
Con el puerto de Valparaíso como entorno geográfico, la autora va dando forma a un cuadro lleno de imágenes individuales y urbanas, donde la ironía, la parodia y la crítica están presentes a través de una pluma magistral y llena de curvas, tal como sucede en muchas calles de nuestro puerto principal.
Así, junto a algunos lugares reconocibles de la ciudad, es posible encontrar voces y ecos del ciudadano acostumbrado / asombrado a la vitalidad de Valparaíso, dejando también espacios para algunas "declaraciones" sobre el "deber ser" del poeta, que en este caso, no se acerca en nada a los rancios cánones literarios de ciertos personajes.
Una saludable ejercicio de lectura, en lo posible bajo la influencia de alguna flor benigna, es este "Álbum de Valparaíso", para muchos la opera prima de la poetisa Elvira Hernández, nacida en Lebu en 1951. Un álbum de imágenes recortadas, pegadas con la saliva invisible de la poesía y con Valparaíso como anfiteatro animal, con burros de carga y esqueléticas quijadas de asno como paisaje; un barrial, una calle polvorienta, la sed y el cansancio de la subida, lo remoto del habitante y lo poderoso de la poesía como obra de arte, como expresión sublime del latido más íntimo del puerto, con sus tajos y repúblicas escondidas.
Así, junto a algunos lugares reconocibles de la ciudad, es posible encontrar voces y ecos del ciudadano acostumbrado / asombrado a la vitalidad de Valparaíso, dejando también espacios para algunas "declaraciones" sobre el "deber ser" del poeta, que en este caso, no se acerca en nada a los rancios cánones literarios de ciertos personajes.
Una saludable ejercicio de lectura, en lo posible bajo la influencia de alguna flor benigna, es este "Álbum de Valparaíso", para muchos la opera prima de la poetisa Elvira Hernández, nacida en Lebu en 1951. Un álbum de imágenes recortadas, pegadas con la saliva invisible de la poesía y con Valparaíso como anfiteatro animal, con burros de carga y esqueléticas quijadas de asno como paisaje; un barrial, una calle polvorienta, la sed y el cansancio de la subida, lo remoto del habitante y lo poderoso de la poesía como obra de arte, como expresión sublime del latido más íntimo del puerto, con sus tajos y repúblicas escondidas.
Algunos poemas:
No hay que echarse a morir
Hay que echarse a vivir serenamente.
Debes ir y poner tu huella digital
sobre lo más sólido
Después brindar con el borrón de ti mismo
sin cuenta nueva en el espejo
en el bar de la esquina
Después marcharte con el portazo único
de tu corazón
por la calle larga
y cerciorarte
que nunca nadie te siga.
***
"Stultifera Navis" atraca al fondo
Las aduanas no registran nada
Es como un temblor imperceptible grado 1,5
Un contrabando que viaja en una amígdala
Un amasijo amatorio que da el quilo
Aleve se guarnece con álgebras
Fiel se traslada a su capacha
Hace ejercicio en los palos mayores para
encontrarse con las nubes
El mundo es un ojo de buey mirado por
un ojo de buey
Un cansancio color ataúd.
***
No me dé sopa de tortuga - ese milenio no cabe en una sopa
Ni loco vedado c/ la agregaduría de cortina de humo
Ni choro-zapato por un asunto de simbolismo
Ni sierra todavía inencontrable en su mismo piso
Ni atún tipo caballa que no quiero parecidos
Ni menos epopéyica espinaca
Tráigase un pez eléctrico enchufado
***
Entre el Hotel Bristol y el Hotel Lancaster
está el Mago de las Ruedas
Entre cerro y cerro los vericuetos irrespirables
que se meten al bolsillo
Entre ventana y ventana un cordel de ropa
pendiendo al mar hecho trinquete
Entre vacío y litoral grúas pendulares
ánimas de pájaros de pronto
Entremedio ¡upas! para alcanzar la cima y el rincón
prometidos los brazos que por horas
recogerán mi sueño metido
Entre ceja y ceja
***
tiro por la borda claridades añejas
tiro la casa por la puerta principal
tiro sopapos de lo lindo
tiro como loco
tiro al tanteo y al tuntún
me tiro al dulce – es amargo –
tiro tres tristes trenos tincados
le tiro los platos por el trasero
tiro y no aflojo
tiro desde el fondo de mí mismo
no tiro a salir a flote
tiro en la sien.
***
Ya no me voy a sentar a la plaza
me siento en la placilla
allí tomo sol
allí tomo sangre
allí escucho los retumbos que la tinta borra
y piso la borra que la tierra junta
tiro una colilla porque me da lo mismo
veo a las palomas mirarme con ojo de jote
y al carroñero venir a comer en mi mano
¿Una quijada de asno te ilumina la ampolleta?
Mi propia arenga no me impresiona
Termino por dormirme
***
Mesa redonda entre
la Mujer de la Vida y el Hombre de Mundo
H. de M. – Querida, no hemos andado lo mismo.
M de la V. – Oye, no sé cómo llamarte. Nos parecemos como el pato a la gallina.
H. de M. – Mi asunto tiene que ver con el concepto, tú sabes.
M. de la V. – ¡Qué bueno corazón! Porque lo mío tiene que ver todavía con misterios.
***
muy señor mío y señora mía
pohetas:
te tienes que escribir con algo de letra muda para
entenderte, y entender que no puedes entrar en
globo aerostático o montado en burro a la ciudad.
¿vives acaso en la cima de una columna o estás
tratando de arrebatar el micrófono? (constato que
hoy todos chupamos ese candy de palabras con la
rara excepción tuya) ¿cuál es la palabra del poeta?
(quizás ya no quedan palabras)
te recomiendo mejor una de nuestras fiestas de
larga duración donde hombres y mujeres caen del
cielo y a pedir de boca el suche es rey y el rey paco
raso y las paganas vírgenes sabias mujeres, etc.
Todo se revuelve
no sé dónde deberías comprar ropa para lucir con
eso del hábito y del monje, ¡habitar tanto lugar
común!... Pórtate mejor como chaqueta amarilla
si te has ido a pique sobrevive en la submarina y
escríbenos en la arena porque igual te queremos
***
Elvira Hernández nació en el puerto carbonífero de Lebu, en 1951. Parte de su niñez la vivió en Chillán y en 1962 llegó a la ciudad de Santiago. Hasta el momento ha estudiado un poco de filosofía, arte, política, lenguas e historia, pero los sueños le han sido siempre más reveladores. Durante los años dictatoriales no se movió el país y escribió “La bandera de Chile” en 1981, que sólo pudo conocer la imprenta como libro diez años después, en Buenos Aires. También ha editado entre otras publicaciones, “Carta de Viaje” (Buenos Aires, 1989), “El orden de los días” (Roldanillo, Colombia, 1991) y “Santiago Waria” (Santiago, 1992). Su trabajo no ha llamado la atención de la crítica y con el tiempo ha logrado consolidarse, según sus propias palabras, como falsa poeta.
Comentarios
Una entrada de todo mi agrado, Felicitaciones a la Poeta y a la bella selección de poemas.
Un abrazo Chileno
Anouna